Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, https://liviarrvl901758.laowaiblog.com/37315946/la-historia-detrĂ¡s-del-cabezazo-de-zidane-a-materazzi